La nutrición personalizada es clave para alcanzar los objetivos de salud y rendimiento. En la Clínica Sopena, diseñamos planes nutricionales adaptados a las necesidades individuales de cada paciente.
Nutrición

Con un enfoque basado en evidencia científica, trabajamos para garantizar una alimentación equilibrada que promueva el bienestar y la prevención de enfermedades.

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Este conjunto de medidas son básicas para conocer quién es el paciente, de qué situación parte y cuáles son las herramientas más útiles para ayudarle:
- Historia clínica completa que permita identificar el estado de salud, así como posibles causas y/o consecuencias del sobrepreso.
- Historia dietética que nos ayude a identificar los hábitos alimenticios: alergias, intolerancias, horarios de comidas (timing nutricional), ingesta habitual de nutrientes, preferencias, carencias…
- Estudio de la composición corporal que contribuya a conocer la cantidad de grasa, masa noble y agua (intra y extracelular), con el fin de conseguir y testar que la pérdida de peso acontezca de aquel compartimento que se encuentre en desequilibrio.
La valoración realizada en el paso anterior nos permite no sólo conocer las necesidades del paciente, sino establecer unas expectativas adecuadas en la consecución de los objetivos. La combinación de ambas, propicia que el PLAN NUTRICIONAL sea un “traje hecho a medida” capaz de adaptarse a las circunstancias de cada persona. Un nutricionista le asesorará.
>Los fundamentos de dicho plan a seguir son explicados minuciosamente por el Dr. Sopena para que el paciente tenga un pleno entendimiento del método a seguir y sirva como punto de partida para el proceso de EDUCACIÓN NUTRICIONAL que ha de acontecer.
Una vez establecidos los objetivos y haber comenzado el PLAN NUTRICIONAL, es fundamental “medir” si los consejos impartidos están o no funcionando. Esto implica testar diferentes parámetros entre los que destacamos:
- Parámetros antropométricos: peso, circunferencias y cambios en composición corporal.
- Parámetros clínicos y/o analíticos que se hubieran identificado como anómalos en la valoración inicial.
- Parámetros que denotan la adaptación al plan propuesto y que ayudan a testar la consolidación de los cambios nutricionales sugeridos.
Para ello, establecemos un protocolo de revisiones presenciales con una periodicidad mensual (cada 4 semanas), donde se examina de forma minuciosa el plan acometido y las dietas. A su vez, dado que una de las claves del éxito reside en el estrecho contacto médico-paciente, todo aquel que lo desee puede mantener un contacto semanal vía email, dudas sobre la dietas… con el Dr. Sopena, con el fin de comentar la evolución, exponer las dificultades que puedan acontecer o preguntar las dudas que lleguen a surgir.
De nada serviría testar los parámetros antes descritos, si tras dicha acción no aconteciera una reacción. Así, si el paciente no se mueve en la dirección correcta o los objetivos iniciales han variado, es momento de hacer ajustes. De ello, podemos sacar 2 conclusiones:
- Que el PLAN NUTRICIONAL establecido ha de ser dinámico y, por tanto, sujeto a una serie de cambios basados en las valoraciones y mediciones realizadas en cada revisión. Así, lo que empieza siendo una dieta para perder, ha de convertirse en última instancia, en una “filosofía” de alimentación a aprender, fruto de la interiorización de cada uno de los pasos que durante el proceso se han recorrido.
- Que dicho proceso requiere de un trabajo en equipo, donde el Dr. Sopena trabaja “codo a codo” con el paciente, con el fin de conseguir los objetivos establecidos.