En el mundo del deporte, donde el éxito depende de milésimas de segundo o centímetros, la consecución del mismo reside no sólo en el ENTRENAMIENTO VISIBLE, sino en aquellos detalles que no se ven o ENTRENAMIENTO INVISIBLE.
El entrenamiento invisible es el que aporta las herramientas para que los procesos de recuperación neural, hormonal y muscular acontezcan, facilitando así la asimilación y supercompensación del entrenamiento visible y, por tanto, la obtención de un estado óptimo de forma.